Karl Rahner (Friburgo, Imperio Alemán, 1904 – Innsbruck, Austria, 1984) fue uno de los teólogos católicos más importantes del siglo XX. Su teología influyó al Segundo Concilio Vaticano. Su obra Fundamentos de la fe cristiana, es su trabajo más desarrollado.
Teología
Dios del propio don (que tiene también el sentido de “regalo”) es para la cristiandad el mismo Dios en Sí mismo (“inmanente”). La plenitud de la existencia humana ocurre al recibirse el don divino de su ser, alcanzable plenamente solamente a través de la visión beatífica del fin de los tiempos, pero presente en el tiempo anterior como gracia.
Todos los seres humanos
tienen una conciencia latente de Dios en cualquier experiencia de
limitación del conocimiento o libertad como sujetos finitos (experiencia trascendental).
Tal es el alcance de la idea de Rahner del “conocimiento natural de
Dios”—el que puede ser conocido por la razón antes de la llegada de la
revelación. Sólo se puede aproximar a Dios asintóticamente, de la forma
que Rahner denomina “misterio absoluto”. Aunque se pueden suministrar
pruebas de la existencia de Dios, estas pruebas sólo se refieren a la
ineludible orientación del misterio que constituye—por necesidad
trascendental— la naturaleza del ser humano.
Para Rahner, la doctrina central del cristianismo es la gracia.
Es un término técnico que describe el mensaje central del evangelio:
Dios se ha comunicado. La presencia del regalo de Dios, presente en la vida de Cristo, sólo impedida por los errores de las
interpretaciones depravadas e idólatras de este acontecimiento, es el
punto central de la doctrina de la gracia. La gracia, según Rahner, es
un elemento constitutivo tanto de la realidad objetiva de la revelación
(la Palabra proclamada) y el principio subjetivo de la Escucha (con el
Espíritu).
La interpretación particular de Rahner del modo en el que la gracia
se manifiesta es que la gracia es una modificación permanente de la
naturaleza humana hacia una existencia sobrenatural.
La gracia, bajo la luz del cristianismo, es un elemento constitutivo de
la existencia del hombre. Por esta razón, Rahner duda de la posibilidad
real de un estado de naturaleza pura (natura pura, existencia humana sin el involucramiento de la gracia), que le parece meramente imaginario.
Las fuentes filosóficas de la teología de Rahner incluyen a Tomás de Aquino, leído desde la perspectiva de la filosofía continental contemporánea. Rahner recibió clases de Heidegger en la Universidad de Friburgo.