La telepatía (del griego , «lejos» y pátheia,
«sentimiento») consiste en la transferencia de pensamientos o
sentimientos entre individuos a través de la mente, sin el uso de los cinco sentidos. Es considerada como una forma de percepción extrasensorial o cognición anómala. La telepatía se relaciona a menudo con diversos fenómenos paranormales como la precognición y la clarividencia.
Aunque se han llevado a cabo muchos experimentos sobre la telepatía, su existencia no es aceptada por la gran mayoría de la comunidad científica, entre otras cosas, argumentando que las magnitudes de energía que el cerebro
humano es capaz de producir resultan insuficientes para permitir la
transmisión de información. No obstante, algunos investigadores señalan
que, con la tecnología necesaria, en un futuro será posible interpretar
las ondas cerebrales mediante algún dispositivo y enviar mensajes
textuales a un receptor de manera inalámbrica,
sin embargo descartan que este proceso pueda llevarse a cabo de cerebro
a cerebro sin mediación tecnológica. Hasta la fecha, las únicas pruebas
de la telepatía son las narraciones testimoniales, pues jamás se ha podido reproducir un fenómeno telepático en laboratorio.
La telepatía en la historia
Se han encontrado muy pocas referencias a la telepatía en las muchas
culturas antiguas de las que se tiene registros escritos (a diferencia
de, por ejemplo, la precognición, que sí aparece en muchos mitos).
Se
considera que la primera investigación sobre la telepatía fue la
realizada por la Society for Psychical Research, cuyos resultados fueron
publicados en 1886 en la obra Phantasms of the Living (‘Fantasmas de los vivos’). Años antes, en 1882, Frederick William Henry Myers, uno de los fundadores de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas (SPR), introdujo, en un artículo publicado en Proceedings of the Society for Psychical Research,
el término «telepatía», (inspirado por la incipiente eclosión
tecnológica de la época en que las técnicas electromagnéticas de telecomunicación reciben nombres como teléfono y telégrafo), para diferenciarlo de la falsa «lectura del pensamiento».
Aunque gran parte de las investigaciones iniciales consistieron en la
recopilación de relatos anecdóticos, también se llevaron a cabo
experimentos con aquellos que afirmaban poseer habilidades telepáticas.
Sin embargo, sus protocolos experimentales no eran muy estrictos.
En 1917 el psicólogo John E. Coover de la Universidad de Stanford
dirigió una serie de pruebas sobre telepatía consistentes en transmitir
y adivinar naipes. Los aciertos fueron levemente superiores a los
esperados por azar, concluyéndose que el resultado había sido aleatorio.
Quizá los ejemplos más conocidos de experimentos sobre telepatía fueran los de Joseph Banks Rhine y sus asociados en la Universidad de Duke, que comenzaron en 1927 usando los distintivos «Naipes ESP» de Karl Zener (véase Cartas Zener).
Estos experimentos incorporaron protocolos más rigurosos y sistemáticos
que los anteriores, seleccionándose lo que se asumió que eran
participantes «normales» y no aquellos que afirmaban tener habilidades
excepcionales, y aplicando los nuevos avances en el campo de la estadística para evaluar los resultados. Éstos y los de otros experimentos fueron publicados por Rhine en su conocido libro Extra Sensory Perception (‘Percepción extrasensorial’), que popularizó este término.
En los años 1960,
muchos parasicólogos no estaban satisfechos con los experimentos de
elección forzada de J. B. Rhine, debido en parte al aburrimiento de los
participantes en las pruebas tras muchas repeticiones de adivinación
monótona de naipes y al rechazo de la sugerencia de los magos de añadir
naipes totalmente en blanco, y en parte por el «efecto de declive» por
el que la precisión de la adivinación de cartas disminuía tras cierto
tiempo para cada participante.
Algunos parapsicólogos recurrieron al formato de experimentos basados
en «respuesta libre», donde el objetivo no estaba limitado a un pequeño
conjunto finito predeterminado de respuestas (p. e. las cartas Zener),
sino que podía consistir en su lugar en cualquier clase de cuadro,
dibujo, fotografía, fragmento de película, composición musical,
etcétera.
Aunque los resultados de los experimentos de telepatía durante el
sueño eran interesantes, llevarlos a cabo exigía muchos recursos
(tiempo, esfuerzo, personal). Otros investigadores buscaron alternativas
más económicas, como los llamados experimentos ganzfeld.
Hasta la fecha no ha habido ningún protocolo experimental
satisfactorio diseñado para distinguir la telepatía de otras formas de
percepción extrasensorial tales como la clarividencia.
Está considerado por la gran mayoría de la comunidad científica como una pseudociencia.
Sus críticos objetan los experimentos con resultado positivo, diciendo
que no han tenido el rigor científico adecuado. Por otro lado los
miembros de los laboratorios de las universidades y asociaciones en
donde sí se estudia sostienen que estos estudios tienen el rigor
necesario, y que existen indicios favorables para continuar con las
pruebas.
Telepatía y ciencia
Los defensores de la telepatía suelen señalar a conceptos científicamente controvertidos, por ejemplo la psicología y la mecánica cuántica, como áreas de investigación que se consideran profundamente basadas en el método científico pero que tienen igualmente vínculos problemáticos e inexplicables con la descripción exclusivamente física de la realidad.