Mormonismo
Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (comunmente conocidos como mormones) tiene su propia interpretación del mito del Génesis; ellos creen que la realidad física (espacio, materia y energía) es eterna y por lo tanto no tiene origen. El Creador es un arquitecto y organizador de la materia preexistente. Además de la organización premortal de la tierra a partir de materia existente, Joseph Smith dice que no existe la materia inmaterial. Todo espíritu es materia, pero es más fina o pura, y solo puede ser vista por los ojos más ojos puros; nosotros no podemos verla; pero cuando los cuerpos se purifican podemos ver que es todo materia.
Por otro lado, las escrituras de los Santos de los Últimos Días incluye dos mitos de la creación: el primero encontrado en el libro de Moisés (en el libro La perla de gran precio), es una ampliación del mito del Génesis pero poniendo énfasis en la noción de «creación espiritual» (Libro de Moisés 4:5 y ss.) según la cual la creación durante una semana y las descripciones del Edén se fusionan en una narración más larga; el segundo se encuentra en el Libro de Abraham, hace énfasis en el rol de un consejo divino antes de la creación de la Tierra (Libro de Abraham 3-5).
Cienciología
Según la doctrina de la dianética, Xenu (también Xemu) era el dictador de la Confederación Galáctica, que hace 75 millones de años trajo miles de millones de personas a la Tierra en naves espaciales parecidas a aviones DC-8. Seguidamente, los desembarcó alrededor de volcanes y los aniquiló con bombas de hidrógeno. Sus almas se juntaron en grupos y se pegaron a los cuerpos de los vivos, y aún siguen creando caos y estragos.
Los cienciólogos lo conocen como «El Incidente II», y las memorias traumáticas se asocian a éstos como la «Pared de Fuego» o «La implantación de R6». La historia de Xenu es una pequeña parte de la gran gama de creencias de la cienciología sobre civilizaciones extraterrestres y sus intervenciones en acontecimientos terrenales, en conjunto descritos como una obra de ciencia ficción sobre los viajes en el espacio por L. Ron Hubbard, escritor de ciencia ficción y fundador de la cienciología.
Hubbard reveló detalladamente esta historia a los integrantes del nivel OT III en 1967. En la historia de Xenu se dio la introducción del empleo del volcán como un símbolo común de la cienciología y la dianética, que persiste hasta nuestros días.
Las críticas a la cienciología a menudo utilizan la historia de Xenu en contra suya. La cienciología ha tratado infructuosamente de mantener la historia de Xenu confidencial. Los críticos demandan que la revelación de la historia es de interés público, considerando el alto precio exigido para alcanzar el nivel OT III. La cienciología solo enseña esta doctrina a los miembros que han contribuido con grandes cantidades de dinero a la organización.
La cienciología evita hacer mención de Xenu en declaraciones públicas y ha hecho un esfuerzo considerable a mantener la confidencialidad, incluyendo acciones legales basadas en los derechos de propiedad intelectual y en el secreto comercial. A pesar de esto, mucho material sobre Xenu se ha filtrado al público.
Raelismo
Según Claude Vorilhon (en 1973), unos seres que venían en un ovni, procedentes de una civilización de 25.000 años de antigüedad, tuvieron varios encuentros con él y le dieron un mensaje sobre el origen humano. Este mensaje dice que después de la formación de la Tierra, unos seres de otro planeta (los elohim, que para los raelianos significa ‘los que vinieron del cielo’) crearon a los humanos y al resto de los seres vivos de la Tierra mediante manipulación del ADN e ingeniería genética.
El mensaje dictado a Rael durante su encuentro con los elohim afirma que éstos enviaron a todos los profetas que establecieron el origen de las principales religiones.